miércoles, 20 de julio de 2016

WEB 2.0 EN LENGUAJE

La expresión narrativa en entornos colaborativos


Según Lévy (2002), la implantación del modo de producción socialmente distribuido está siendo facilitada por las tecnologías de la información y la comunicación, las cuales están permitiendo la consolidación de una llamada “inteligencia colectiva” que promueve la acción colectiva para el análisis de problemas, el intercambio de conocimientos y las tomas de decisión:
“La inteligencia colectiva valoriza la técnica, no por ciega fascinación, sino porque ella abre el campo de acción. Las competencias y dispositivos técnicos son preciosos por dos razones, primeramente como productos, cristalización y memoria de la actividad humana y después como instrumentos potenciales de aumento de las capacidades de conocer, de sentir, de actuar y de comunicar, como interfaz entre lo posible y lo factible” (Lévy: 2002, p 138)
Visto desde este punto de vista la filosofía de la llamada web 2.0 es el modelo que mejor cumple este espacio creativo colectivo. El término surge por oposición al de una presunta Web 1.0 y sugiere por tanto la superación de una primera etapa de la Web. La expresión Web 2.0 se utiliza para cubrir una serie de conceptos, tecnologías y actitudes hacia esas tecnologías, aplicaciones y servicios. Estas aplicaciones de “segunda generación”, buscan reducir la distancia entre los que acceden a la Web y los que publican en ella información, promoviendo la posibilidad de que cualquier usuario acceda gratuitamente a gestores de contenidos de diverso tipo (textos, imágenes, aplicaciones audiovisuales, búsqueda), cuya ejecución se hace cada vez de manera más independiente del sistema operativo y del ancho de banda.
Desde este punto de vista la generación de contenidos audiovisuales mediante la narración colectiva quiere entrar en esa lógica, entrar en esta corriente, tanto desde el punto de vista tecnológico, como filosófico y estético posibilitado al usuario todas las herramientas para ser a la vez el emisor y el receptor de toda la información generada.
Como veremos posteriormente los géneros audiovisuales existentes actualmente en la red son meras copias de los géneros existentes a nivel analógico. Pero las categorías "sustitutas" no están todavía establecidas, así como tampoco las maneras como se generan los nuevos productos "colectivos".
Específicamente se requieren respuestas para preguntas como: ¿Se puede narrar colectivamente? ¿De que modo se narra colectivamente? ¿Qué diferencia hay entre narrar colaborativamente y narrar colectivamente ? Y si estos modelos narrativos no están totalmente desarrollados, ¿como podemos plantearnos un nuevo modelo de narración audiovisual?.
Hacemos nuestras, en todo caso, las palabras de Casacuberta (2004: 60-61):
El centro de la cultura ha dejado de ser el autor, el artista, para pasar al espectador. Las obras culturales de la cultura digital ya no se construyen en forma individual, solipsista, sino de forma colectiva, organizada. El artista deja de ser creador estricto para convertirse en productor. El artista desarrolla una herramienta que luego será el público el que la use, desarrolle y difunda según sus intereses, que no tienen porque coincidir ni estar influenciados por la voluntad original del artista... El trabajo del artista es literalmente el de un médium: ofrecer una estructura, una herramienta, un medio en el que sea el espectador el que se exprese, en el que sea el espectador el que cree... poner al alcance de todo el mundo, y no sólo de los informáticos, las herramientas que permitirán nuestro desarrollo integral dentro de la sociedad de la información

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